Como sucede cada año, las expectativas de la población están concentradas en los cambios que efectuará el Presidente, llegado el segundo año de su mandato. Aunque ya se ha pronunciado sobre algunos ministerios, la gente espera correcciones sobre nombramientos que han manchado el magnífico gobierno que ha presidido.
Los logros de este gobierno son enormes y todos los aplaudimos, sin embargo, hay lunares que deben ser extirpados. Nadie está de acuerdo en la subida de los alimentos, se deba al aumento de la gasolina o a otros factores; la comida, algo imprescindible, debe estar al alcance de toda la población. Lo mismo sucede con los servicios de agua y luz. La subida de la tarifa eléctrica fue un duro golpe que, afortunadamente, el Poder Ejecutivo mandó a enmendar; sin embargo, aún no sabemos el resultado en términos de la factura eléctrica.
Los aumentos en los emolumentos de los directivos de algunas instituciones también han causado malestar entre la población. Esto debe ser corregido, aunque haya que modificar leyes que los protejan. La voz del pueblo es la voz de Dios y el pueblo está en contra de los aumentos exagerados de directivos que se benefician con el dinero del pueblo.
Los cambios en los ministerios siempre son beneficiosos, sobre todo en aquellos que, de una u otra manera, influyen directamente en la sociedad.
Todos aspiramos a que este gobierno culmine con rotundo éxito, con trasparencia y honradez. En esto reside su triunfo y todos aspiramos a que se haga realidad.
