Autoridades sanitarias del Reino Unido están investigando un posible caso de ébola en la ciudad de Colchester, en el condado de Essex. Según informes de la prensa local, un sector de un hospital de esta localidad se cerró durante la noche del miércoles por un “problema de control de infecciones”.
Los reportes señalan que un paciente del hospital de Colchester se encuentra con síntomas sospechosos de ébola tras su regreso al Reino Unido desde África, donde una cepa del virus mortal está circulando en Uganda y ha causado 141 casos y 55 muertes desde el 20 de septiembre.
El diario británico The Telegraph afirmó que funcionarios de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA) están haciendo testeos al hospitalizado como parte del protocolo de control de infecciones de rutina que se activa cuando surgen casos sospechosos en los viajeros.
La UKHSA hizo un llamamiento el mes pasado a todos los médicos de la nación para que estuvieran en “alerta máxima” ante los pacientes que mostraran signos del virus y que se aprovisionaran de equipos de protección personal, aunque afirmó que el riesgo para la población era “muy bajo”.
Foto de archivo: Un voluntario recibe una vacuna experimental contra el ébola en Oxford, en el sur de Inglaterra (REUTERS/Eddie Keogh)
Descubierto en 1976 en la República Democrática del Congo (RDC) -entonces llamada Zaire-, el ébola es una enfermedad grave, a menudo mortal, que afecta a humanos y primates y se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados.
Causa hemorragias graves y sus primeros síntomas son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, además de vómitos.
El virus asoló varios países de África occidental de 2014 a 2016, cuando murieron 11.300 personas y hubo más de 28.500 casos.
Nunca ha habido un caso de ébola contraído en el Reino Unido, pero en 2014 dos pacientes que contrajeron el virus en África Occidental fueron atendidos allí. Ambos se recuperaron en unidades especializadas en enfermedades infecciosas. Este sería el primer caso en el Reino Unido de la nueva cepa sudanesa del virus, para la que no hay vacuna aprobada.
