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Niño muerto en Caipi de San Francisco de Macorís llegó vivo al hospital

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Niño muerto en Caipi de San Francisco de Macorís llegó vivo al hospital
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La muerte del niño Maikel Esmil Castro Álvarez, el pasado 2 de septiembre, en el Centro de Atención Integral a la Primera Infancia (Caipi), en el sector Pueblo Nuevo de esta ciudad, generó serios cuestionamientos a los niveles de seguridad en el centro y a la capacidad del personal para afrontar accidentes con los menores que asisten a la institución.

Listín Diario tuvo acceso a los documentos y, de acuerdo a las investigaciones, se establece qué ocurrió con el niño Maikel Castro el día de su muerte.

Los hechos

Empleadas del Caipi en la provincia relatan que los hechos ocurrieron pasada las 12:00 del mediodía, ya que habían almorzado. Maikel era parte de los niños del salón B que tenía como maestra titular a Rosmeri Cross Olivo.

Los testigos narran que tanto la maestra Cross como su asistente Katherine Castaño Bautista buscaban unos niños que faltaban luego del almuerzo.

Rossana Báez, quien es maestra del salón B, establece que “al entrar al baño pudo ver que dentro del contenedor se encontraba un niño con los pies hacia arriba, por lo que gritó para recibir ayuda”.

Luego de eso, la imputada Rosmeri Cross, la maestra titular, se aproximó al lugar y sacó al niño del cubo con agua.

Judith Fernández, asistente educativa, dice que escuchó unos gritos desesperados, salió corriendo al segundo nivel y al entrar vio al niño en el piso, por lo que lo tomó en sus brazos y salió junto con Yudelkis Encarnación, pararon al conductor de un vehículo para llevarlo al hospital.                                                                                      

Narran que varias personas llamaron al 911, pero que nunca llegó. Refieren que el infante recibió primeros auxilios en el Caipi y, según una de las testigos, botó agua por la boca. Transcurrieron alrededor de 10 minutos para que el infante fuera llevado a un centro de salud.

Trasladado al hospital

Este medio tuvo acceso al documento que da cuenta que el niño de 1 año y 10 meses llegó vivo al Hospital Regional Universitario San Vicente de Paul.

Judith Fernández, asistente educativa del Caipi, que fue quien llevó al niño hacia el centro asistencial, afirma “que lo vio inconsciente, pero cuando lo llevaba el niño la miraba, es decir, que estaba vivo”.

“Cuando llegué al área de emergencia, de una vez pregunté dónde estaban los médicos, una seguridad me dijo que ellos se encontraban en un lugar que le señaló y fui allá, lugar donde salió la doctora y se lo llevo”, relató. El niño fue trasladado para darle asistencia médica, le dijeron que lo estaban reanimando, indica el expediente.

Familia alega indiferencia del personal

En el expediente figura Honelci Álvarez Muñoz, tía del niño, quien narró que el día de los hechos se trasladó al centro a demandar información sobre lo ocurrido, observando indiferencia del personal, ante la falta de explicaciones, pudo recoger los objetos de su sobrino y notó que el biberón se encontraba con todo el contenido de la leche preparada intacta, también las demás medidas que le corresponden en la mañana no fueron dadas al menor por el personal, lo que indica, según ella, que ese día Mikel no había comido. Esta información fue corroborada por otra tía del niño, Aidalenny Álvarez Muñoz.

En el lugar el Ministerio Publicó encontró una cubeta azul con aproximadamente 70 centímetros de un líquido incoloro que se presume es agua y en su interior un juguete con forma de carro color amarillo, siendo este el recipiente en el que presumiblemente el menor de edad perdió la vida. El abogado Isidro Martínez, parte de la defensa de las imputadas, establece que el niño perdió el carrito en el cubo del agua en el baño, e intentando recuperarlo cayó de cabeza.

El informe médico legal, firmado por Winston Benítez, médico forense del Instituto Nacional de Ciencias Forenses en el Nordeste (Inacif), establece que la causa de muerte fue debido a asfixia mecánica por ahogamiento, además de que el niño presentó contusión epicraneal en región occipital.

Llama la atención que aunque existen fotografías del niño en el Hospital San Vicente de Paul, donde fue declarado muerto, en la defunción consta el Caipi como el lugar donde murió.
 
Defunción.

De igual modo, en el documento está vacío el lugar donde ocurrió la defunción, y a la pregunta de que si el niño recibió atención médica antes morir, la respuesta es no. 
 
Carencias.

Las coordinadoras e imputadas, Yanina Rojas, Carmirys Liriano y Elena Hernández, habían recibido reportes sobre deficiencias en los servicios en la institución, entre las que está la falta de agua registrada tres semanas antes de la muerte, razón por la que el personal llenaba cubetas para poder higienizar los niños. 

Quejas.

Raúl Monegro declaró al Ministerio Público que había notificado quejas respecto a irregularidades en el Caipi.

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